¡¡Todo proceso, hasta cocinar, requiere tiempo, trabajo, cabeza y decisión!!

Hoy, más que nunca, os pido paciencia, me ha dado por la cocina mental y eso, como todo...lleva su tiempo. Voy a intentar prepararos, una ensalada antropológica templada, con tonterías mías de temporada, en vinagreta aromatizada con finas hierbas que me crecen en el cerebro, a ver si me sale:-)

Veréis, ante ayer, fue el día de la mujer trabajadora y además, estos días se ha reavivado el debate sobre si nuestro idioma debe o no asumir el uso del femenino y masculino, desterrando el genérico, pretendiendo evidenciar de esta forma, la presencia femenina en el idioma. Por eso, me ha dado por cocinaros lo que bulle en mi cabeza. Sinceramente creo que nos estamos perdiendo en la pura cosmética, olvidando el verdadero problema de fondo.

Veamos, obviamente por ser mujer, soy la primera interesada en que se reconozca nuestro derecho a la igualdad en todos los terrenos, pero me niego a sumarme a  la alocada carrera extremadamente beligerante que algunos postulan.

Me gusta que se evidencie nuestra presencia, se nos respete, se nos valore y se nos trate de igual a igual, pero recordando dos cosas, que todo lleva su tiempo y que jamás vamos a ser iguales. Yo no quiero para nada ser igual a un hombre, quiero ser yo y que se me respete sin olvidar, que soy diferente.

No sólo fisiológicamente, también comportamentalmente y aquí es donde quiero llegar. El papel que desempeña la mujer en la sociedad ha dado un giro de 180º y esta curva, si  se toma a excesiva velocidad y sin precaución, nos sacará de la carretera, tal cual está pasando en algunos casos, que por desgracia me toca ver más de lo que quisiera. Hoy mismo he visto un siniestro total.

Nosotras, mal que les pese a ellos, tenemos mayor capacidad de adaptación a los cambios. Creo que nuestra facilidad y su dificultad, es la causa de la mayoría de los conflictos que surgen y he pensado que quizá debiéramos reflexionar sobre ello. Forzar situaciones obviando una y otra vez la naturaleza humana, hace que esta asome con su cara más oscura, violenta y terrible. 

Los científicos saben que el comportamiento animal, desde el instinto de supervivencia, a los rituales de apareamiento, o el papel que desempeña cada ser vivo en las diferentes comunidades, están en gran medida bajo control genético.

Hay comportamientos que la evolución ha sellado en nuestros genes básicos para la propia supervivencia. Los genetistas han descrito varios genes que determinan las diferencias de personalidad entre individuos, como ocurre con el gen MAOA, que se relaciona con la agresividad. Diversos estudios han demostrado que una mutación de este gen condiciona las conductas agresivas, aunque también se ha observado que nunca se expresa si no se dan ciertas condiciones ambientales. Es decir, está demostrado que los genes predisponen, aunque es el ambiente el que finalmente dispone. 

Si analizamos la familia, observamos que desde los primeros humanos, los individuos se mantenían unidos mediante una red de responsabilidades y deberes mutuos. Repartiéndose los papeles por roles prefijados.

La hembra que estaba en pareja, sólo compartía con su compañero sexo, a partir de ahí, sus roles eran totalmente diferentes. Con sus compañeras compartía el alimento, el cuidado de los niños y del campamento en ausencia de los machos. Los machos adultos debían proteger y orientar al grupo cuando se movilizaba y dirigir la cacería.

Los individuos se comportaban según formas prescritas, conforme a relaciones categóricamente marcadas. Desde la prehistoria, guste o no, la familia es un grupo económico basado en la división sexual del trabajo.

Todo este sistema, se mantuvo durante miles de años sin apenas variación. 

En poco más de un lustro...¡¡¡ tooodo saltó por los aires !!! 

Hoy, legítimamente las mujeres deseamos representar los dos papeles, pero olvidamos que esto ha causando una anomia, que es la incongruencia de las normas sociales. Por un lado, existe un empuje económico e ideológico que impulsa a las mujeres a salir de su hogar y por el otro, un ambiente proclive a que sigamos cuidando de nuestros hijos y casa. Estos impulsos encontrados descolocan al hombre en su rol ancestral y perturban su percepción de la nueva realidad por la rapidez de los cambios. 

Esto es lo que quería subrayar, a veces en nuestra exigencia legítima de derechos, olvidamos que sociológicamente, el papel de la mujer ha descolocado los esquemas que la naturaleza ha impreso y eso requiere de una reeducación, recolocación y comprensión por ambos lados, que sólo el tiempo permite y todo el mundo olvida abordar. La hiperacelaración de los procesos generan distorsiones. Nosotras debemos ser conscientes de ello, porque si no, seremos las primeras víctimas, tal cual viene sucediendo. 

Me asusta ver la presión que sí o sí se pretende ejercer desde ciertos ámbitos, maquillando la superficie, sin abordar jamás el fondo. Forzar y no respetar los tiempos en cualquier proceso evolutivo, genera crisis, tensiones y distorsiones, que sólo el sentido común y la calma evitarán. 

Sería bueno entender que los seres humanos no estamos compuestos de dos rebanadas superpuestas, una natural y otra psíquica. Ninguna muralla china separa nuestra parte racional de nuestra parte animal. Cuando los caminos de las conductas adquiridas se complican, reviven en el hombre comportamientos innatos. No deberíamos olvidar nunca, que frente a la inseguridad, las conductas genéticas toman la iniciativa y en mi opinión, esta es la razón última de los dramáticos casos de agresiones y homicidios de las que son víctimas las mujeres en ámbito familiar.

O aunamos fuerzas y juntos tenemos claro quien es el enemigo a batir, 

o estaremos dando palos de ciego eternamente, como nos ocurre en casi todo...

Si desde la cuna no enseñamos a respetar, si desde la familia y los entornos educativos sanitarios, no tomamos conciencia, trabajando en firme y elaborando protocolos serios para tratar la agresividad y baja tolerancia a la frustración que se aprecie en los menores. Si no se reconduce, controla y educa...¡¡desde ya, mismo!! seguirán surgiendo maltratador@s, violent@s, ansios@s, depresiv@s o adict@s e intolerantes de todo tipo, según los condicionantes ambientales en los que se desarrolle su vida. 

Y de poco valdrá que festejemos tres veces por semana nada, 

ni que llenemos el idioma con la vocal “a” o la @ :-)

En fin, os avisé... me ha salido una extraña ensalada... 

Espero que seáis de buen estómago, pero es que a mi... 

Algunas cosas me lo ponen de punta. 

Por eso hoy, os he preparado mi propio menú. 

¡¡ Estáis todos invitados, si os  apetece !!:-)

 ... Lección práctica ... 

Obligatoria ¡¡hasta el final, por favor!! :-)

Un beso