¿CONOCÉIS VUESTRA SOMBRA?...¿está bien limpita?:-)

Estaba mirando mi mano ( se me ha dormido, no sé por qué:-) y me preguntaba si somos conscientes de la cantidad de huesecillos, músculos y articulaciones que hace posible sus miles de movimientos y posturas. Sin duda somos la máquina más compleja y maravillosa que existe en el universo. La forma de energía más exquisita y sofisticada que existe. Sin embargo, hasta en el corazón de una estrella... hay oscuridad. 

Al lado de toda esta luz mágica que nos envuelve, existe una parte oscura, más evidente en unos que en otros pero igualmente real en todos. Quien no la reconoce, es que jamás se ha mirado dentro. 

La sombra, nuestra propia sombra, esa figura oscura que proyectamos, es el reflejo de lo que somos en realidad. Olvidamos que nos sigue a todas partes, es parte de nosotros y, de pronto, al doblar la esquina, inesperadamente, se atraviesa en nuestro camino dándonos un susto de muerte. Quizá por eso Carl Gustav Jung eligió el término de “sombra” para referirse a ese lugar oscuro del alma que da cuerpo a nuestra personalidad.

Resulta difícil entender a la sombra sin plantearnos el eterno problema del bien y del mal. La tradición cristiana premió el bien y condenó el mal, por lo que nos vimos obligados, si queríamos alcanzar la perfección, a ser incompletos y...¡¡ se siente !! pero guste o no, nos componemos de bien y mal. 

Los monjes budistas, maestros en alcanzar la armonía interior dicen que...la vida no consiste en lograr el bien aislado del mal, sino..¡¡ a pesar de él !!

Cuando oímos hablar de las atrocidades que los nazis realizaron en los campos de concentración solemos pensar que los que llevaron a cabo semejantes actos eran poco menos que monstruos, personas muy diferentes a nosotros. 

Sin embargo, el psicólogo Stanley Milgram, demostró cuán equivocados estamos. Hizo un experimento, tenía como objeto averiguar cuánto daño sería capaz de infligir una persona normal a otra inocente, cuando recibía instrucciones para ello. 

Es sorprendente y desconcertante, pero veréis, el experimento demostró que el 65% de los voluntarios (2 de cada 3) eran capaces de suministrar el voltaje máximo, nada menos que 450 voltios a la víctima. Es decir 2 de cada 3 podía llegar a matar a un inocente, sin hacerse la más mínima consideración al respecto ¿no os hace pensar?  ¿no os parece terrorífico? a mi, sí.

Si no aceptamos a nuestra sombra, ésta tratará de expresarse con nocturnidad y alevosía. La famosa novela de Stevenson, Dr. Jekyll y Mr. Hyde ilustra con precisión esta lucha interna que mantenemos los humanos. Todos tenemos un cuarto oscuro en el que arrinconamos los aspectos inaceptables de nosotros mismos. Quizá podamos ocultarlo a los  ojos de los demás,  pero no a los nuestros. Todo lo oscuro que no reconocemos, asumimos y tratamos por no ser capaces de abrir el temido trastero, un día aflora y sin darnos cuenta, nos devora. 

Así que me temo que mejor antes que tarde deberíamos armamos de valor, un buen estropajo, detergente e incluso lejía y a limpiarnos la roña pero ¡¡ya!! Me asusta pensar lo que podemos encontrarnos, si esperamos demasiado ;-)

Claro que también es verdad que... 

Hay oscur@s clarito, oscur@s encantadores y... 

¡¡ Oscur@s oscuridad !! :-)

Una gran película y una gran canción...

al menos a mi, me encantan.

Un beso