Es imposible volver...
a donde nunca te has ido ; )
Un blog puede ser muchas cosas.
Una mera plataforma para compartir
contenidos, enganchar clientes y/o seguidores
o...
Ese lugar mental, mullido y confortable
que materializamos visualizándolo
en una pantalla, donde siempre
apetece volver.
Ese,
donde
como en casa,
al llegar respiras
confiado mientras
te descalzas,
sueltas
el pelo
y
dejas
que se te
d
e
s
p
a
r
r
a
m
e
n
las
letras
en modo
c a s c a d a
dando forma a
los pensamientos
apretados y recogidos
con la goma tirante
de fuera, que aquí,
no existe.
Aquí,
da
igual
si lo llevas
suelto o
alborotado,
peinado,
sin peinar
o
ni siquiera
tienes.
Si
te
sientas
en el sillón,
apoyas los pies
sobre la mesa
o te tiras
en
el suelo.
Hagas lo
que hagas está
bien mientras
te haga y hagas
sentir igual,
por eso
tarde más
o tarde menos
siempre regreso...
La incorporeidad es
adictiva y además,
de aquí jamás
me he ido
nunca...
del
todo
; )
Debo
confesaros
que aquí regreso
cuando los monzones gallegos
descargan sin prisa, piedad, ni pausa.
Y ya han llegado. Cuando eso sucede,
me acurruco aquí, junto a vosotros
pero esta vez...
Esta vez tardé un poco más
que de costumbre, porque
llegó la interminable
lluvia de Otoño,
se llevó
los cielos
azules,
el sol y...
a mi madre.
Era su hora.
Se tenía que ir,
lo sé. Ocurre que
se nos olvida
que aquí
todos
estamos de
paso y siempre
es dificilísimo
decir adiós
a quien
quieres.
Cuando se nos
rompe el cielo y el corazón a la vez,
la inundación es inevitable. Estas pasadas
semanas mi nivel de agua me llegaba al cerebro,
así, es imposible escribir...
Y, sí, también lo sé, comprendo perfectamente
que para quienes tenéis la desgracia de vivir
en lugares donde el agua escasea, esta
animadversión mía contra la lluvia,
resulten incomprensible e incluso
irracional. Soy muy consciente
de lo valiosa e imprescindible
que es para la vida, y sobre
todo, su tremenda escasez
presente y más a futuro,
pero...
Igual
que
yo
añoro
la luz del
sol que aquí,
casi siempre está cubierto
y a muchos os roba la energía
cuando cae a plomo calcinándoos,
como una irredenta incineradora, lo
mismo me sucede a mi con la lluvia,
cuando se instala de forma incesante,
constante y permanente.
Porque a ver...
Un poco de lluvia,
es una fiesta siempre.
Hasta a mi, que la odio,
me gusta y la disfruto
muchísimo...
¿Cómo no?
Es más...
Me acompaña
durante tantísimo tiempo
que la tengo, hasta clasificada...
Tenemos la deliciosa lluvia melosa y sincopada
que nos arrulla en la noche. Está "la falsa",
ese orvallo o calabobos, que a penas sientes
y como la niebla sin enterarte te empapa.
"La juguetona" que cae, para y vuelve
a caer intermitente acompañada
del mágico Arco iris.
"La deseada"
esa que
.
.
.
c
a
e
.
.
.
sobre
tierra seca,
polvorienta y caliente,
desprendiendo ese maravilloso
e intenso aroma a tierra mojada.
"La traidora" destruye paraguas.
Aliada del viento, que se enrosca a
tu cuerpo y vayas como vayas, o
lleves lo que lleves, te empapa.
"La campañilleante"
que t i n t i n e a
mientras teje
cortinillas
de
agua...
..De
esas como
las que c
u
e
l
g
a
n
sobre
las puertas
de las casas de sur,
siempre a b i e r t a s
de par en par.
Entre
las que
cuando
introduces despacio
la mano
para
entrar...
Chascan
unas
contra
las otras
canturreando
el Uno. Uno, dos,
tres, cinco, ocho...
de
La lluvia
siempre suena
a Fibonacci.
El
visiblemente
invisible.
Oculto
en cada caracola,
ala brillante de libélula,
obra de arte, planta,
ojo de insecto
o
carcajeándose dentro
de los girasoles
volteados a la
búsqueda de
su
particular
Van Gogh
el
con el que se fue
mi madre
porque era otro.
El cielo
es el lugar
donde
deben brillar
las
estrellas.
Como veis,
conozco perfectamente
el lado deliciosamente amable
de la lluvia. La cara oscura
de ella, esa que cuando
muestra se hace
odiosa,
a p a r e c e
cuando no cesa,
inundándote
dentro
y
fuera,
noche y día,
tras día, sin parar
durante semanas
y más semanas,
en ocasiones,
meses.
Os
lo
aseguro,
el cerebro
se enmohece,
te ch
o
r
r
e
a
n
los
pensamientos,
la humedad
se apodera
de ti
y
termina
por ahogársete
hasta el
a l m a
Y...
así andaba
yo hasta ahora...
absolutamente
inundada.
Pero ya pasó, en realidad...
La morriña galega y la saudade portuguesa,
no son más que exceso de lluvia,
lluvia acumulada
; )
G r a c i a s por v u e s t r a
s i e m p r e deliciosa
c o m p a ñ í a
Y
.
.
.
... Que llueva ...
Lo importante es que, con lluvia o con sol, siempre estés acá en tu blog. Así siempre estaremos en contacto contigo. Se te aprecia
ResponderEliminarY la lluvia trae tu regreso, aunque como digas, nunca te has ido del blog del todo. A mí no me gusta la lluvia imparable, aunque entiendo es necesaria y más en estos lares donde hay sequía. Y si existe la lluvia, es por algo también, no por nada. Bienvenida otra vez María.
ResponderEliminarBesos dulces y dulce fin de semana.
Vuelvo para subsanar mi omisión ante tu pérdida, y es que tanta lluvia no me permitió ver la primera mención de la partida de tu madre, la segunda no la entendí de esa manera. Mis disculpas y mis condolencias.
EliminarUn beso dulce más María.
No te acompaño en el sentimiento, porque esa, es una frase que jamás he podido entender. Posiblemente, sea demasiado torpe como para entender como eso, pueda ser posible más allá de ser una frase hecha. Pero sí, en cambio, te expreso mi deseo totalmente sincero de que la tristeza que ocasiona la pérdida, se transforme pronto en esa ternura interior y balsámica, que se despierta cada vez que surge su recuerdo. Que este, te acompañe siempre.
ResponderEliminarPues por aquí hoy ha llovido en todas y cada una de las formas que describes, y hace un momento tras terminar de leerte ha caído en forma de lágrimas.
ResponderEliminarY aquí seguimos, con mayor o menor frecuencia pero estamos, en mi ventana arde un mejillón, contesté tu comentario y explico el proceso.
Nada cubrirá el vacío que deja la ausencia del ser querido, más pronto en el día a día evocaras gestos, dichos y momentos vividos que te harán sentir que sigue a tu lado.
Un abrazo grande, María.
Hola mi niña ,
ResponderEliminartodo son baches,
asi que , animo.
Entiendo tu silencio, intuía que algo no andaba del todo bien. María, te acompaño en el sentimiento, aunque es algo que es difícil de compartir, porque la perdida de un ser querido, en este caso una madre, no se puede sentir más que desde el dolor de su hija, de los suyos, Sabes, el día 23 de este mes se cumplieron 9 años de la muerte de mi padre, pero no se ha ido del todo ni se ha borrado aún su recuerdo, aunque sí se ha suavizado el dolor. Guardo en mis imágenes una foto suya leyendo el periódico mientras me esperaba un domingo de esos en que iba a su casa a desayunar, y la veo a diario. Han pasado 9 años, pero el recuerdo persiste y espero siga persistiendo en el tiempo. Descanse en paz tu madre, pero mantenla viva en el recuerdo, nunca se sabe.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Maria;Vaya mi abrazo inmenso,una entrada preciosa,pedire al universo contencion,aceptacion y mucho cariño para ti.Lo siento!
ResponderEliminarMaría, preciosa, esa inundación que te ha arrollado es de las más dolorosas por las que tenemos que pasar. Y comprendo tu ausencia y tu desgana o tu incapacidad de sentarte a pensar y a escribir. Sé como te sientes porque yo misma me vi arrastrada por ese diluvio que todo lo inunda. Hace ya algunos años, pero el recuerdo acude cada día. Todos. No falta ni uno sólo. Eso sí, ahora de otro modo. Ahora es un recuerdo-bálsamo de lo afortunada que soy por haberla tenido en mi vida. Y así será. María.
ResponderEliminarTe abrazo
Mucho tiempo de lluvia interior, el necesario para administrar las lagrimas, para recomponer. Lo lamento mucho por ti. Y si un blog es un rincón de amigos que cuando hay pausas esperamos sin molestar, que cuando se enciende la luz estamos dispuestos. Un abrazo de los que calientan el alma
ResponderEliminarSiento muchísimo lo de tu madre, María. Una madre es una figura importantísima para cualquier persona. La mía murió en el 2020 con 76 años, como una vez te comenté. Pienso muchísimo en ella y la extraño muchísimo, pero la vida sigue adelante y creo que es hermoso vivir por nosotros mismos y por todos los que ya no están, intentando abrazar cuantos más corazones mejor.
ResponderEliminarPor otro lado me alegro de que estés bien. En cuanto a las lluvias... dejando aparte que Galicia es una tierra lluviosa, bien es cierto que el clima mundial está absolutamente desquiciado, y alternamos sequías brutales en algunas latitudes con lluvias torrenciales que hacen mucho daño en otros... lo estamos viendo: Asia, África, Latinoamérica, incluso Europa. Y huracanes... la "belleza" pasmosa de este que pasó hace poco por los EE. UU. me fascinó... visto desde arriba, claro.
Te dejo con unos versos a modo de dedicatoria. A tu madre, a todas las madres, a todas las personas que nos han criado lo mejor que han sabido. Besos.
Cuando escriba tu nombre
En la arena blanca con fondo azul
Cuando mire al cielo
En la forma cruel de una nube gris, aparezcas tú
Una tarde suba una alta loma
Mire el pasado, sabrás que no te he olvidado
Yo te llevo dentro, hasta la raíz
Y por más que crezca, vas a estar aquí
Aunque yo me oculte tras la montaña
Y encuentre un campo lleno de caña
No habrá manera, mi rayo de Luna
Que tú te vayas.
(Natalia Lafourcade).
Buenas noches niña, los hijos enterramos a los padres físicamente pero no en el corazón. Mi padre murió demasiado pronto y nos pillo a todos sin saber que hacer, de sorpresa, un día esta y otro no está.
ResponderEliminarPero siempre está, para mi siempre estará.
Todavía sueño con él y algunas veces recuerdo las charlas que teníamos los domingos después de comer, su inteligencia brillante, su mirada, el whisky que compartíamos mientras nos llevábamos cortésmente la contraria durante horas.
Los hijos enterramos a los padres, asi ha sido y asi debe ser, es Ley de Vida.
Creo, estoy seguro, que tu habrás disfrutado de tu madre y tu madre de ti, yo disfrute de mi padre y mi padre me disfrutó, luego me sufrió (por múltiples razones) y luego volvió a disfrutar de mi, lo se.
No éramos seres cariñosos, no lo soy, pero nos queríamos.
La Vida son estos momentos felices, a nuestros padres les apena vernos tristes, no les demos razones.
Los que tenemos hijos entendemos esto, no queremos ver a nuestros hijos apenados.
Te invito a bailar...
Un abrazo muy fuerte, de oso.
Y que no se enmohezca tu cerebro, hazme el favor. Coge un par de pinzas y tiéndelo al sol, junto a las camisas y las sábanas... y las bragas también.
ResponderEliminarTe voy a decir lo que para mí son dos regalos preciosos que trae la lluvia. Me encantan. Uno, el olor de la tierra mojada. Dos, esos cielos azules absolutamente limpios y espectaculares del día siguiente (especialmente si suele haber contaminación).
Profundos poemas. Te mando un beso
ResponderEliminarMaría, ojalá amaine la mala lluvia en tu corazón y únicamente aparezca la lluvia saltarina y bailarina, y ojalá como bien dice mmi adm irado Ricard, te llegue pronto esa ternura interior y balasámica de su recuerdo. Te dejo un abrazo de corazón y un beso muy grande. Cuídate, María
ResponderEliminarQué maravillosa entrada, María... a mí me gustan los días de lluvia, aunque desde una ventana, soy algo melancólica... el agua refresca, limpia, pero en exceso es verdad que diluye... Y tu momento-agua es bien delicado... sabes que siento muchísimo tu pérdida, --algo sentí o me llegó de alguna manera -el agua se expande, quiere penetrar en todos los rincones--, sabes que este momento que estás viviendo me toca seguramente en breve e intento hacerme a la idea de ese llover dentro, de esa inundación que dentro de uno se crea... Música de agua... Qué precioso el vídeo de la secuencia Fibonacci, con música a ritmo de lluvia... y qué maravillosa canción en el otro vídeo... María, me alegra muchísimo que hayas publicado, que vuelvas a este mundo blogger, tan especial... Pronto volverá a salir el sol en tu corazón, a secar tu alma inundado de tristeza --aunque el dolor permanezca en su rinconcito--... Te mando otro inmenso abrazo, aún más grande que el de ayer, mi querida María, cuídate mucho ♡
ResponderEliminarhola maría, bienvenida de nuevo!! lo primero, siento muchísimo lo de tu madre. te mando un abrazo gigantesco.
ResponderEliminarse te ha echado de menos todo este tiempo. has vuelto con tus bellos juegos con las letras. me ha encantado la mención a fibonacci y su famosa sucesión.
la lluvia es necesaria, aunque a veces puede ser un poco molesta en ciudades cuyo pavimento no está preparado para esos fenómenos meteorológicos, y tienes que caminar con toda la precaución para no pegarte un piñazo.
y la lluvia también puede ser una metáfora del estado de ánimo... pero tenemos cada uno nuestro refugio al que llegar y descalzarnos.
de nuevo, besos y abrazos!! nos seguiremos leyendo.
Amiga y compañera, cuanto lo siento. No hay palabras suficientes que mitiguen la pérdida que has sufrido, ni la que sufrí yo en un agosto de hace 6 años ya. El dolor se mitiga pero el sentimiento reverdece en cada detalle y en cada recuerdo. Es ley de vida sí pero no por eso deja de doler. Siento mucho esa inundación interior y ojalá sea cierto que ya ha pasado. Cualquier cosa que precises cuenta conmigo por favor... 96953208. Jrodriguez@icali.es. Te echaba a faltar. Un abrazo
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte y apretujao!!
ResponderEliminarQué casualidad que hoy regreso también yo al blog tras meses de sequía
por mi tierra llueve tan poco
que cuando llueve
la ciudad se llena de paraguas olvidados como palabras en desuso.
Beeeeeeeesos.
Hola mi querida y pequeñaja Mery, ya sé que no nos hemos perdido, pero corremos el riesgo de ahogarnos en las profundidades de la lluvia y que la otra no se entere porque su paraguas está demasiado a ras de sí misma. Hay que solucionar eso y creo que lo haré yo porque, de alguna manera, siento que me corresponde.
ResponderEliminarQuien desaparece con la lluvia, nos espera allí donde nace el agua y se forman las gotas, por eso lloramos porque somos parte de su agua, de sus gotas y aguaceros y, porque sabemos, que cuando salga el sol tbn serán parte de sus rayos y nos calentarán el corazón. Las muertes anunciadas, siguen siendo pérdidas irreparables que nos encogen el corazón...como el agua.
Hablamos.
Te quiero
Mucho.
(No me sale el perfil, creo que se ha mojado)
María, lamento mucho la partida de tu madre. Entiendo que generó una lluvia por dentro a la que este llover sin parar no ayuda. Te dejo un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMe alegra que retornes al blog, como dices tú, ese lugar en el que ser, sin cuerpo. Y me alegra haberte encontrado de nuevo. Creo que desde el inicio de la pandemia te perdí la pista. En algún momento te leí y luego desaparecí yo. Acabo de volver también. Al blog y a esta Galicia lluviosa, que por ahora adoro porque en Chile pasaban meses y meses sin que cayera una gota. Tú inundada y yo andaba con el alma seca.
Tu entrada es hermosa y conmovedora. Tu clasificación de la lluvia me hizo sonreír (y concuerdo). Y el vídeo de la geometría sagrada es hermoso.
Un beso grande
Una publicación preciosa, sensible, delicada. Nos dejaste una oda a la lluvia en todas sus manifestaciones, con un texto que presenta una manifestación profunda y con muchos aspectos que, al mismo tiempo, se me hace una gran metáfora de lo emocional y personal del autor... autora, vos.
ResponderEliminarTu descripción del fenómeno es más que un poema, es casi un diálogo con ella misma, para de alguna manera amarla y de muchas odiarla (y es muy buena esa referencia a Fibonacci que busca un poco de orden en medio de la tormenta).
A través de esa lluvia que nos dibujas con palabras me obligaste a meditar sobre las eternas complejidades nuestras.
Amiga, mis relatos han extrañado tus comentarios, pero festejo tu retorno.
Y te dejo un abrazo cálido desde la distancia por la partida de ese ser tan querido, conozco eso, y comparto tu sentir.
Que tengas lindos días.
Hola, María, ante todo un fuerte abrazo a la distancia que te impregne de las mejores fragancias esparcidas por tu madre durante toda la vida juntas. Fragancias que se traducen en mimos, juegos, consejos, risas y lágrimas compartidas..., en amor. Y que su adiós temporal sea solo una caricia más en tu alma, con la satisfacción de haberla disfrutado y la certeza de que está feliz y más cerca de ti que nunca antes. Solo respira, aspira el aire y sentirás su olor. Cuando perdi la mia hace muchos años ya (37), no morí por ella porque estaba embarazada de mi primera hija, éramos muy unidas. Tiempo después he entendido la muerte de una manera muy diferente..., la extraño pero sigue viva en mi corazón.
ResponderEliminarEn otro orden, una belleza de entrada, a pesar de que no te gusta la lluvia me ha encantado todo lo que dices de ella, la amo y la clasificación te ha quedado de diez y todo se ha conjugado con la mejor de las magias; amor, arte, sensibilidad, aceptación, melancolía y sobre todo luz para encender las tristezas y vida para colmarla de alegrías. ¡Que llueva! Al menos por aquí...
Preciosa entrega, la vida continúa, la lluvia limpia y las lágrimas desahogan el alma, son tan parecidas que van de la mano. Tómate todo el tiempo necesario, la belleza de este lenguaje escrito es el derroche de emociones y sentimientos que encierra, y la manera en que juegas con su diseño, creando imágenes, es lo que te hace soñar despierta.
El video hermoso, busqué las letras de la canción en español y me gustó, gracias.
Cuidate mucho.
Te dejo un abrazo inmenso
ResponderEliminarQuerida María. Mucha ilusión de leerte aquí, de nuevo. Celebro tu regreso,
ResponderEliminarY ante todo te transmito mi más sentido pésame. Y, desde estas tierras secas, te acompaño en el sentimiento por la pérdida de tu madre. Sé que su recuerdo te acompañará y te acariciará siempre.
La lluvia vuelve, a veces impetuosa e inclemente y se lo lleva todo por delante y a veces se olvida de nosotros y nos deja el corazón y las tierras secas. Así es de amoral la naturaleza.
Pero la "nave va" y seguimos aunque sea con una esperanza medio resquebrajada, pero no decaemos en ánimo y en humor.
El blog y los amigos blogueros ayudan, son como unas gotas de lluvia que fertilizan las relaciones amistosas, son algo así como diminutas obras del arte más excelso que es la amistad.
Un abrazo muy fuerte.
Querida María: los silencios de los blogs también nos cuentan historias y siento muchísimo la que te ha mantenido apartada de aquí. Qué bien que hayas vuelto.
ResponderEliminarYo también vivo en un lugar de cielos plomizos y me ha enseniado a valorar más los días soleados.
Un abrazo
di
¡Ohhhh! Mi querida María, te echaba mucho de menos, aunque este verano también he optado por silenciar un poquito mi blog. El sol manchego en verano es muy sincero y no se anda por las ramas, es duro y abrasa un poco mi ánimo y me deja agotada.
ResponderEliminarTe doy un inmenso abrazo con todo mi cariño, el largo camino recorrido de tu madre habrá marcado profundas huellas en tu alma y aunque las despedidas son tristes y dolorosas, y te dejan inundado el corazón, siempre permanecerán marcadas a fuego en lo más profundo de tu ser, y no habrá ola que pueda borrarlas. Además, como bien dices, en el cielo brilla una estrella más, y ¡qué brillo!
Para una pluviófila como yo, tus letras me suenan a la lluvia tan deseada y gozada. He disfrutado leyéndote como si estuviese en pleno temporal… imagino que el exceso de lluvia, en algún momento, se puede convertir en algo tedioso y aburrido. Habrá que hacer algo, María, se me ocurre intercambiarnos, tú te vienes un rato a mi tierra llana y abundante de sol, y yo me voy para el norte, je je je, aunque tendríamos que pararnos en mitad de camino para tomar un té y charlar sobre la humano y lo divino.
Y sí, ya creo que la lluvia suena a Fibonacci. Me encanta.
Me alegro mucho de encontrarte por aquí. Y te doy la gracias por esta magistral entrada.
Un fuerte e inmenso abrazo
Bienvenida estimada María:
ResponderEliminarSi, que ha sido un receso un poco largo, pero tenias tus razones .Mis condolencias , yo la perdí hace dos años y lo mejor que se puede es recordarla en todos sus momentos...Esa lluvia calabobos, que es la que por estos lares solemos tener, ya se encargan los volcanes de ponernos nerviosos.Vive tú duelo como tu lo sientas y no tienes que pedir disculpas cada persona en su mundo interior lo vive a su manera.
Besos y decirte que es una entrada muy emotiva sobre todo por ese: "nunca me he ido", así siempre...
Mi más sentido pésame. María.
ResponderEliminarOs acompaño en el sentimiento.
Leerte me ha dejado sin palabras.
Un abrazo solidario.
Grato que hayas vuelto, a pesar del dolor que debe haberte causado la muerte de tu madre, pues entre los dolores morales y del sentimiento y el afecto el de los padres es tan espinoso. Lo digo con gran propiedad porque tanto la muerte de mi padre y mi madre, me laceraron
ResponderEliminarDe ahí que, reconozca el dolor y el esfuerzo que haces para escribir y estar de nuevo en tu espacio. bloguero. En el fondo escribir te ayuda, para que continúes el conversatorio con tus interlocutores blogueros. Un abrazo. Carlos
Hola, mí querida tocaya. Antes que nada decirte que siento mucho el fallecimiento de tu madre. Te mando un abrazo inmenso envuelto en mi cariño. Mucho ánimo.
ResponderEliminarAhora comprendo el porqué de tu tardanza, que venía extrañando. Yo que pensaba que estabas vaga y seguías atrapada en el recuerdo de las vacaciones. Y resulta que estabas entre la lluvia atrapada en tu llanto. Es horrible cuando se muere una madre. La mía hace unos cuantos años que se murió y todavía la llevo en mi recuerdo. La hecho mucho de menos.
Me imagino como estarás. Mucho ánimo de corazón.
Por otro lado, decirte wue.has escrito una entrada preciosa. Tan gráfica con tus palabras tan emotivas y esas fotos me encanta leerte. Me atrapas.
Disfrutemos de la lluvia. Aunque a mí no me gusta. Pero contigo se siente de distinta manera.
Besos enormes con todo cariño y un abrazo inmenso.
P.D. No sé si habrá alguna falta o algún error porque es que estoy escribiendo con mi móvil no podía esperar para darte un abrazo.
Cuando pasé por la misma situación me di cuenta que no hay palabras que ayuden a mitigar el dolor y lluvia interna. Abrazo tu alma, María; y me quedo aquí, a tu lado y en silencio
ResponderEliminarEn lo primero que me he fijado es en la cabecita de cucumis sativus de Martín V, al menos tal como la representaba Pisanello. Mira que he visto cuadros de papas, pero no recuerdo a ninguno tan poco agraciado como él.
ResponderEliminarPor lo demás, ya soy mayor, tengo más pasado que futuro y he aprendido a desconfiar de esas ardorosas soflamas de quien se pone la etiqueta de la moral y la ética, y se jacta de ello ostentosamente. Corren malos tiempos para el pensamiento racional y equilibrado. Pero en fin, cualquier día viene un 7,8 en la escala de Richter y ens anem tots al ´canyet´, así que para qué inquietarse.
Un abrazo.
Me alegro de tu regreso, como ya te he escrito en otro lugar. También te he expresado lo que sentía, porque, quieras que no, aunque no resulta una sorpresa la marcha de esa gente que se nos va tan mayor, uno no deja de sentir un gran vacío y esa indefinible sensación de "ahora ya quedamos nosotros en primera línea", aunque ya estuviéramos en ella hace tiempo.
Has explicado bien tus sentimientos hacia los diferentes tipos de lluvia, tan generosa allí y tan tacaña aquí. Quizá por eso, por ser escasa donde vivo, me gustan los días lluviosos y ver llover a través del cristal. Un arquitecto creativo, muy peludo y bastante alternativo (Santi Roqueta), que falleció muy prematuramente —F.C. debe de saber de quién hablo—, que me daba clase de Proyectos cuando yo estudiaba (hablo de 1971), comentando un penoso boceto mío de un chalet, en el que sobraba un rincón junto a la escalera y yo no sabía qué c*ñ* hacer con él, me dijo: "aquí podrías poner una ventana para ver llover". Se me quedó grabado, y en casos así me suelen acompañar junto a la ventana llena de gotitas unas almendras fritas y un vino fino de Montilla (acepto que podría ser un Albariño, por qué no).
Me pasa con los blogs amigos —sigo muy pocos, el tuyo y otros, algunos de ellos los frecuentas— exactamente eso que tu explicas. Y me gusta preparar el mío, aunque no siempre sé qué proponer ni si lo verá al que pueda interesar. Pero me da igual; en parte lo hago para mí mismo. Es la blogosfera un ámbito en el que me siento confortablemente a gusto, porque no es agresivo como otras redes y encuentro compañía de alguna gente a la que aprecio (otros me abandonaron, quizá por tomar posturas que no les agradaban).
En fin, sin ánimo de repetirme, repito lo dicho, aquí y allí. No espero para nada respuesta por tu parte, ni se te ocurra, lo entiendo perfectamente. Tienes muchos seguidores y quieres complacer a todos; me imagino que eso te puede llegar a provocar más estrés que otra cosa [no es éste mi caso, pues me siguen y comentan "cuatro y el cabo", como decían en Melilla (1976)].
Un abrazo fuerte
Me gusta la lluvia, claro, pero entiendo lo que dices, supongo que siempre anhelamos lo que no tenemos, ¿verdad? Hay muchos tipos de lluvia, sí, ahí arriba lo sabéis bien, pero también hay lluvias internas, esas que te anegan el corazón, que te impiden pensar, caminar... vivir. Casi siempre finalizan, o nos acostumbramos, que es peor, por suerte siempre hay una lucecita en alguna parte.
ResponderEliminarNo sabes lo que me alegra verte de vuelta a este rinconcito tan agradable que tienes aquí. Entiendo esa sensación de refugio, de calorcito como quien regresa a casa con las manos llenas de frío.
JeJe, se ha colado un mensaje a F.C.
ResponderEliminarBienvenida :)
ResponderEliminarPues habrá que hacer algo una balsa ... Una toalla 😊
No se... Mi blog tiene bastantes salvavidas y es bueno apartarse un poco
Te hemos extrañado un montón eso es seguro.
Mua!
Tu madre se ha ido… y aquí, en esta bellísima entrada puedo notar esa inundación de tu alma “mi nivel de agua me llegaba al cerebro”. Lo siento de veras; haces bien en volver a este tu añorado rincón, donde tu amplia “incorporeidad” se hace belleza, agua dulce y dolorosa. Gracias por ese esfuerzo que has hecho, por compartir con nosotros tu luz... mojada… pura y sincera.
ResponderEliminarQue ese Sol que es ahora tu madre inunde tu corazón de paz, lo seque, y te envuelva con los divinos rayos de Dios.
Es tremendamente emocionante todo lo que has escrito, desde la descripción de los distintos tipos de lluvia hasta tus motivos por los que se te puede hacer odiosa, que además comprendo muy bien. En los Pirineos anduve más de tres semanas seguidas con lluvia y cuando salía, esporádicamente, un rayito de sol entre las nubes.. uf...Era como si te pusieran un bombón el la boca y al segundo te lo quitaran... Sin embargo, en mi tierra levantina, cuando llueve.... ¡ah... qué gozo, hay que salir a mojarse como los caracoles!
Precioso vídeo también y toda las imágenes espectaculares; pero ante todo, tu PROSA… es admirable..., ¡no lo olvides!
Recibe mi abrazo fuerte, cálido, soleado, que ayude a secar un poquito tanta humedad :)
Querida María, cuánto siento lo de tu madre.
ResponderEliminarY esa lluvia no ha ayudado a sentirte a flote, a respirar, a darte tregua……
Supongo que no hay palabras de consuelo que valgan ante una pérdida tan grande, tan importante y tan fundamental. Queda hacerte compañía, escuchar tus pensamientos pero también tus silencios, simplemente ESTAR.
Y con este abrazo cálido que te mando hoy, yo estoy contigo, aportando calor y algo de luz, pero sobre todo estando. Única y llanamente.
Lo siento mucho.
Abrazos apretados 🫂 y un beso grande vuelan hacia ti.
Hola!
ResponderEliminarMenuda triste noticia, lo siento de veras.
Creo que nunca puedes volver a donde no has estado.
Ha llegado a un punto, que cuando llueve, soy creyente y todo.
Un beso importante.
Mi apreciada María. Creo que está todo dicho por aquí, y me sumo a la tristeza de tu corazón.
ResponderEliminarEl respeto que conlleva la prudencia, ha hecho que mi silencio fuera el que fue, y he estado a la espera de que abrieras la página otra vez para enviarte un beso y mís condolencias , ahora, por aquí.
Un abrazo muy fuerte, para ti y los tuyos.
María, antes que nada, un abrazo apretaíto para ti...mucho mucho cariño para poder transitar este momento, este tiempo de lluvias que puede que también limpien el alma...
ResponderEliminarPrecioso el texto,poesía y diseño, tan precioso de verdad!
Un lujo leerte.
Beso grande.
Lo primero, siento mucho por lo que has tenido e imagino aún tienes que pasar. Sólo quiero que pase pronto y le encuentres sentido y sigas para adelante con lo mucho que aún tienes para dar. Lo cual será el mejor homenaje para quien como merece vas a honrar.
ResponderEliminarLo segundo es que me pone muy feliz volver a leerte ya que he sentido la inanimada incorporeidad de tu ausencia que al fin y al cabo detecté como una rotunda presencia puesto que te extrañaba decimos por acá, te echaba de menos dicen por allá...
Por lo demás, leyéndote recordé que alguna vez me dijiste que no hacías poesía, por lo que caigo en la cuenta de que me mentiste, sino lee lo que has escrito... y que me hace sentir que valió la pena esperar...
Abrazo de corazón hasta vos allá y toda la fuerza te mando desde acá!!
lamento mucho la muerte de vuestra madre. por muy mayor que haya sido y por mucho que las enfermedades la hayan afectado, siempre duele cuando se va así uno comprenda su partida. estoy contigo en tu dolor.
ResponderEliminarme ha gustado mucho tus pensamientos acerca del agua y de la lluvia.
besos.
Un placer volver a leerte.
ResponderEliminarYo me he mojado el viernes, me he mojado el sábado y el domingo me he calado, así que tengo el cuerpo muy receptivo a tu ensayo meteorológico. Como bien dices , el exceso de agua cansa y deprime, pero es lo que tiene el norte. En general me gusta ver llover y pasear bajo la lluvia, pero cuando el agua te llega a las rodillas ya es otra cosa.
Bueno, te dejo que me da la tos.
Hola, María.
ResponderEliminarEl blog es puerto seguro, un lugar donde uno se reconforta, se cobija y libera. Cada palabra no dicha, cada sentimiento expresado es aire y lo mejor, es todas aquellas personas que nos encontramos por el camino que hacen que esa plenitud sea todavía más grandiosa. Si te sirve, yo he desaparecido del blog muchas veces, pero siempre, siempre regreso y siento que vuelvo a casa y eso me hace preguntarme porqué me fui si aquí esa parte que se camufla se siente tan segura.
Siento muchísimo tu dolor, no creo que sea correcto darte el pésame, porque este es algo que se precipita dentro de nosotros, y nos varia, internamente nos moldea y por mucho que queramos verlo objetivamente, es imposible, pero si que quiero que sepas que tienes mi mano, y si en cualquier momento la necesitas, cógela.
Un fuerte abrazo, y muchos besos.
Os aseguro que no pretendía hacer de esta entrada, un velatorio en honor a mi madre, tal cual ha sucedido, excepto para algún despistadillo ; ) y puesto que sin pretenderlo, se ha convertido en eso, me vais a permitir que esta vez, al contrario que suelo hacer, porque meencanta hacerlo que si no no lo haría ; ) no os comente uno por uno, se me inundaría el blog, soy muy muy llorona y ya me estoy secando, hoy... hasta hace un sol precioso ; ) así que os agradezco muchísimo a todos vuestras palabras de corazón, preciosísimas en algunos comentarios y como sé que a mi madre le haría ilusión este pequeño homenaje, para ponerle la guinda, os voy a dejar EN LA VERSIÓN QUE A ELLA LE GUSTABA, SU CANCIÓN FAVORITA , siempre que estaba mustia la cantábamos, nadie más enamorada en este mundo que ella, de mi padre, así que...si no queréis poneros a moquear como yo ( mira que soy masoka ; ) mejor que no la escuchéis ; )
ResponderEliminarUn beso enooorme para todos y de nuevo mil gracias!
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Una de esas canciones eternas, bien por tu madre.
EliminarUn beso, María!
Es un bolero maravilloso, y qué bonita versión!
EliminarBeso enorme, María, gracias mil
Guauuu...SOLAMENTE UNA VEZ con Javier Solis...esa música me mata. con ella me arrullaban desde que estaba en le vientre de mi mamá. Qué mejor recuerdo de una madre.
EliminarQué delicia escuchar a Javier Solís. De chico que me gusta. Te imagino cantando este tema con tu mamá y me alegro que hayan compartido esos momentos imborrables, como las canciones de este gran Señor.
EliminarUf, escalofríos de los bellos... Es un bolero dulce y emocionante, aun más por lo que os gustaba... ¡Por ella que estará bailándolo con él!!
Eliminar¡Un gran abrazo, María, y gracias por compartir esta anécdota tan bonita de la canción! :)
Hola, María. Estaba extrañada por tu prolongada ausencia, ahora sé bien lo que te retenía. No tenemos cultura acerca de lo inevitable, no existe preparación para ello. De forma autodidacta llegamos a la conclusión y quizás a la frase hecha de que es ley de vida. Buscamos con ahínco el consuelo que necesitamos, nos sentimos rotas y hasta recomponernos de nuevo hay un camino que transitar. Lo más gratificante es recordar los felices momentos vividos con el ser querido que se ha marchado. El ejercicio de tu profesión y el blog pueden ser una buena terapia ocupacional.
ResponderEliminarEn tu sentimiento con respecto al agua se repite el razonamiento teórico: el agua es muy necesaria, representa la vida, pero en exceso no la soporto. María, el ser humano, está lleno de contradicciones, lo bueno es tomar conciencia de ellas para continuar avanzando.
Te deseo lo mejor. No dejes paso a la melancolía. Recibe un cálido abrazo. Emma.
Hola, María. Siento mucho tu pérdida. Tu madre se ha ido físicamente, pero su espíritu, su esencia, siempre te acompañará en tu memoria y en tu corazón. Comprendo, por experiencia propia, esos sentimientos de duelo que expresas envueltos en hermosas metáforas, donde las lágrimas se hacen torrente; aunque pienso que las lágrimas, más que ahogar en ese trance de duelo, ayudan a desahogarnos.
ResponderEliminarMe alegra mucho verte en este espacio compartiendo tu magnífica creatividad y tus lúcidas ideas.
Comprendo que la lluvia en exceso cansa, pero ¡es tan necesaria! Fíjate que yo viví un año en Galicia y ese año llovió poquito, no sé si por suerte o por desgracia.
Yo en matemáticas soy un "negao", pero la serie Fibonacci fue para mí un descubrimiento muy interesante, y ahora miro a los girasoles y a las caracolas con otra perspectiva.
Un fuerte abrazo
Gracias por la humanidad y el buen gusto que reflejan tus escritos. Me alegra muchísimo tu regreso porque tus letras y lo que conllevan llegan al fondo de tus receptores, Me atribuyo gratuitamente la representación de los mismos.
ResponderEliminarGracias, María, sigue así y compartiendo cuando te plazca.
Un gran abrazo
Siento mucho lo de tu madre. Un beso
ResponderEliminarIntuía que algo te pasaba. La pérdida de una madre deja una huella perdurable. Echarás mano de los muchos recuerdos, espiritualmente "hablarás" con ella y aprenderás a vivir su ausencia, jamás se olvida, por muchos años que pasen.
ResponderEliminarAquí esperamos a que regreses cuando te sientas capaz, estamos entre amigos que te queremos.
Un fuerte abrazo y besos te envío.
Lamento harto lo de tu pérdida. Estabas atrapada entre el llanto y la lluvia. Y lo que pudieses escribir, se escurría con el agua. No sabría qué palabras de aliento podrían consolarte, por tanto lo mejor que puedo hacer es callarme y escuchar (leer) tu dolor.
ResponderEliminarPor otro lado, me parece interesante cómo clasificas la "lluvia gallega". En ciertos pasajes, a veces me parecía más una oda que una queja. Entiendo que te aburra tanta lluvia y, como dices (o mejor dicho parafraseándote), el cielo nocturno está para que admiremos sus estrellas. Ven a Santiago. Con lo fuerte que está pegando el Sol en primavera, a los tres días ya tendrías morriña de tu tierra jeje Va un abrazo, María, y mi condolencia.
Tienes un buen catálogo de lluvias, Maria !....esta vez te añadaría la lluvia compañera, que ha venido a llorar contigo, la lamentable pérdida de tu ser querido. Es un acontecimiento triste, por lo que te envio un abrazo fuerte que intente consolarte, es mi deseo al menos !.
ResponderEliminarÁnimo i fuerza, para el dia a dia !.
Querida María,mi más sentido pésame. Nunca es fácil despedir a un ser querido y menos a una madre. Pero la vida sigue y así debe de ser.
ResponderEliminarMe alegra volver a leerte. Tus entradas son adictivas para mi...y lo sabes :)
Este es mi concepto de blog que sé coincide con el tuyo:
"Ese lugar mental, mullido y confortable
que materializamos visualizándolo
en una pantalla, donde siempre
apetece volver. "
Por eso, al igual que tú, siempre termino volviendo,porque es necesario acurrucarse de vez en cuando ante el fuego de la palabra y meditar sobre lo vivido o sobre lo dejado de vivir. No importa el tiempo que uno se aleje, al final sé que siempre volveremos mientras el cuerpo aguante.
Para no gustarte la lluvia la conoces a la pefección. Nos has dado un recital de lluvias que a mí no se me hubiera ocurrido jamás (quizás porque vivo en Extremadura donde cada nube oscura es una promesa ilusionada de vida). Me ha encantado ese recital de las distintas lluvias. Luego lo repaso.
Hoy empieza Noviembre, un mes tristón. Aunque siempre será más llevadero si tú andas por aquí deleitándonos con entradas en tu blog como la de hoy.
Fuerte abrazo.
María preciosa, lo siento muchísimo... :'( No quiero ni imaginar por todo lo que has estado pasando. Te mando un abrazo muy, muy grande <3 María bonita
ResponderEliminarUn abrazo. No sé, pero me gustaría contarte muchas cosas sobre la lluvia y el paso del tiempo. O sobre el sonido de las gotas sobre cacerolas. Te quiero mucho.
ResponderEliminarHola María! Las noticias que han llegado desde vuestro levante son impresionantes. En los podcast de ciencia españoles que suelo escuchar se han explayado porque son eventos que se estan dando cada vez más seguido.
ResponderEliminarYo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos
Van marcando mi retorno...
Besos!!!!!
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ResponderEliminar¡Mil gracias a todos, de corazón!
Con vosotros, es un gustazo...
Volver a casa. Un beso!
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Hola, María.
ResponderEliminarHoy por fin te leo y leo sobre tus lluvias, sobre las lluvias que te invaden y no cesan... y tu pérdida. Te envío un abrazo grande, porque te entiendo y siento la pérdida de tu madre. Todas sabemos que un trocito de nosotras se va cuando se va la madre... No tengo mucho ánimo, hoy precisamente, pero sí te envío solecitos que van y vienen y un pequeño arcoíris que cruza el cielo de esta orilla donde hoy me acurruco...
Con todo mi corazón, un beso. 🌞🙋♀️🌈
Te acompaño en el sentimiento. Existen muchos motivos por los que es necesario parar de vez en cuando. El blog no tiene que ser una obligación. Cuando lo es pierde su magia. Mucho ánimo y un abrazo con todo mi cariño. ❤
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