"Nada se pierde... todo se transforma"

Cada uno tiene, la naturaleza que tiene. La mía tiene como principal afición meterse en zarzales. Ahora mismo voy de cabeza a uno, veremos con cuantos arañazos salgo. Y no, os aseguro -por extraño que parezca-  de mártir no tengo nada, más bien lo contrario, soy así como tirando a epicúrea ;-)

Supongo que por esta sensación de sentirme aquí como en mi piscina amniótica, me arriesgo a lo que segurísimamente en la vida real, sería incapaz. Habitualmente me muevo en un mundo absolutamente encorsetado. Medido al milímetro, limitado en tiempos, modos y formas, no se perdona el más mínimo fallo, por eso disfruto tantísimo esto. Soy como una alcohólica obligada a vivir en un mundo de abstemios. Cuando llego aquí, me emborracho del todo y soy más feliz que nadie haciendo eses por la calle:-)

Pues bien, todo esto viene a cuento de mi anterior entrada. Por un lado, siento muchísimo no haberos contestado a todos. Soy adicta confesa al cariño, nada que ver con el jabón o la coba. Se nota a la legua uno y otro. ¿Por qué somos tan ratas de llamar pelotas a quienes dan su cariño? ¿alguien paga algo aquí por decir lo que se quiera decir? 


Pero dicho esto, a veces me apabulla, me bloqueo. No es falsa modestia, sencillamente no sé que decir. Aquí, como en la vida real no sé reaccionar ante estos despliegues, por eso, no digo nada. Es de las pocas cosas que me deja muda. Salvo, gracias de corazón.

Tampoco pretendía disculparme por ser como soy, es lo que hay, no hay más. Ni más buena, ni más nada. Ni mejor, ni peor que nadie, sólo yo. Intentaba únicamente hacer limpieza general de verano. Como cuando aireas los armarios, para que todo huela rico. Lo mal dicho por excesivo, inoportuno o equivocado quedó dicho. Esa entrada sólo fue un tender la mano, por si alguien quiere agarrarla o tiene dudas de que siempre esté tendida, nada más. Algo así como un saldo de verano;-)

De otro, deciros también, que cuando por la razón que sea no os contesto, me quedo mal a gusto. Sonará tonto, pero es verdad. Sé que cada vez que alguien deja un comentario espera ver la reacción que genera, buena, mala o regular, cualquier cosa, mejor que el silencio. Como en la vida.

Lo sé, toda postura es más que respetable al respecto, nadie está obligado a contestar si no lo desea, por la razón que sea. Otra cosa es lo que sabemos gusta o no gusta a los demás. ¿Por qué cuesta recordar lo que nos agrada a nosotros con sinceridad, haciendo lo mismo por los demás? no digo en este tema, digo en general.

La extensión de mis respuestas, mi exceso de expresividad o sinceridad en positivo o negativo, el supuesto tiempo que  dedico  -que no es tanto- no debe sorprender a nadie. Muy sencillo, escribo tal cual me gustaría me escribieran a mi. El mismo motivo por el que hago todo. 

Cuando trabajo, imagino que soy mi cliente y hago lo mismo que me gustaría hicieran por mi. Cuando quiero, quiero tal cual me gustaría me quisieran a mi. Bien o mal, no sé hacerlo de otra forma. Si no puedo corresponder al mismo nivel, si no soy capaz... no digo nada, no llevo el caso o me mantengo alejada de quien sea. Nunca hago nada a medias, ni por cumplir, ni por hacer que hago. O las hago como a mi me gusta o no las hago.

Lo cierto es que a veces soy yo la sorprendida. Me sorprende lo mucho que cuesta cuidar un poquito a los demás, cuando eso es tan fácil. Me sorprende que no se sienta esa necesidad. La incapacidad de ponerse en la piel de otro. No se trata de extensión, calidad o esfuerzo, se trata de corazón. A veces una palabra, dice más que mil. Un detalle pequeñito, es más valioso que el mayor de los regalos. Se nos ha olvidado usar el corazón, aquí y fuera de aquí. Creo que tenemos miedo a gastarlo o quizá lo reservamos sólo para grandes ocasiones.

El corazón, como todo músculo, se atrofia si no se usa. Me temo que en herencia no se lo vamos a poder dejar a nadie. Puede que para bombear sangre sí, sólo para eso. Desde luego  del mío que se olviden, pienso gastarlo del todo ;-)

Volviendo a aquí, no se trata de corresponder visitas por obligación, nada más triste. No se trata dar respuestas o comentarios insípidos por compromiso, algo así como alimentar clientela con alpiste para pollos. Cuando lo veo, me parece un insulto a la inteligencia. No digo corto, ni largo, digo sin alma.  Se trata de hacer cualquier cosa que hagas por gusto y con ganas. Ser agradecidos desde dentro. Recordar que si pedimos, antes debemos dar y si nos dan, no olvidar que a los demás también les gusta recibir. Cada uno  en la forma que sepa y pueda. Con eso llega. Si no, mucho mejor el silencio.

Seguramente no llego o no lo hago bien, pero todo, absolutamente todo lo que hago o escribo es con el corazón, porque me sale, porque me lo pide el cuerpo, por puro gusto e incluso necesidad, no hay más motivo.

Cada uno da, lo que recibe...

Luego recibe, lo que da.

Nada es más simple, 

no hay otra norma, 

nada se pierde,

todo se transforma.

Para ti, MARRUBI, sé que te gusta:-)

Un beso