"Mi amniosfera y... mis disculpas veraniegas":-)

Me encantaría contagiar a todo el mundo la sensación tan agradable que tengo cuando escribo aquí. Como si flotara protegida en líquido amniótico dentro de un enorme útero en el que nunca puede ocurrirme nada. Hasta la fecha ha sido así. Como si volviera a lo simple, a lo genuino, a lo de verdad. A esas charlas con silla de mimbre a la puertas de las casa de los pueblos en verano. Charlas bajo cielo cuajado de estrellas, tranquilas, sin reloj. Oliendo a grillos.

Me pregunto por qué nos complicamos tanto la vida. Por qué a veces resulta imposible relajar los músculos de la sospecha y el recelo, volver a mirar las cosas desde cerca, sin miedo a decir lo que sentimos de verdad. Perder ese terror a que nos hagan daño, al engaño, al desengaño. Ese pánico a que nos mal interpreten, nos etiqueten y nos empaqueten. Yo lo tenía, casi lo he perdido. Veo a gente aislada en burbujas herméticamente cerradas, perdiéndose a gente estupenda, enclaustrados en sus cabinas telefónicas, casi como fuera y no lo comprendo. Es cierto que aquí hay de todo, como en todas partes, pero observando un poco, se ve tan bien o mejor que fuera ¿qué puede pasar?

A veces me han malinterpretado y yo, exactamente igual, pero si hay buena voluntad, sin dramatizar, sin sacar las cosas de quicio, casi siempre se aclara todo y nunca llega la sangre al río. Meto la pata mil millones de veces, me confundo, me paso, soy un desastre en ortografía, medio disléxica y mil defectos más.  A pesar de lo cual, me dejo ir y me encanta. Tengo la sensación que aunque me caiga, salvo pequeños coscorrones, aquí todo es mullido y suave...

Sólo me agobia algo, mi efervescencia verbal. Los que me conocéis de hace tiempo, me sufrís con estoicismo, es la marca de la casa, no sé escribir en corto, me es imposible. Me paso la vida pidiendo disculpas por ello, aterrada por si molesto al ser tan expansiva, sé que a veces sí. Podría reprimirme, como lo hago fuera, soy una experta os lo aseguro, pero me da pena. Es mi gran lujo aquí, esto es como mi patio de recreo, corro y juego a mis anchas. Cuando se tiene una olla exprés por cabeza, dejarla libre, desatada, sin más límite que el respeto a los demás, no sabéis el oxígeno que proporciona. Empiezo a pensar que uno de los motivos por los que fabrico tanta endorfina, es por este desahogo que me doy. 

Si escribo ahora mismo esto es para disculparme por delante y mirando hacia atrás. No creo, como en alguna ocasión me han comentado, que sea por exceso de ego, ni por afán de protagonismo. Soy orgullosa, es verdad, pero no me cuesta nada pedir perdón si me equivoco, muchas veces. Mi puerta siempre está abierta. Conozco bien mis límites y carencias. Quien me conoce sabe que odio llamar la atención, otra cosa es que sin querer, parece que lo hago y lo siento de veras. Simplemente, soy una rollista impulsiva. A veces, muy cabezota...defecto profesional, sólo el que no tira la talla sobrevive y yo, muero agarrada a ella.

Me rechifla batir en duelo a mis neuronas con lo que sea, por tonto que sea, nada más que por puro gusto y disfrute, sin más. En otro tiempo las machacaba con el Brain Trainning, ahora aquí. Me encanta charlar, jugar, bromear, dejar volar mi imaginación y todo eso puedo hacerlo aquí, mientras trabajo.   

Otros se machacan el cuerpo en un gimnasio para quemar exceso de energía, yo necesito hacerlo con mi cabeza, me relaja, me desconecta de mis rollos. Ojalá no moleste a nadie, jamás lo pretendo, si lo hago, siempre es sin querer.  Si  sucede me lo decís directamente y  si es con cariño, jamás va a parecerme mal, al contrario os lo agradeceré eternamente. Sencillamente, me sería imposible caminar eternamente de puntillas, cortarme y por eso todo esto, casi prefiero los tacones por más que los odie:-) 

Me traen el fresco, las demostraciones baratas de intelectualismo, los despliegues de ideas para lucimiento propio o ajeno, las disputas de egos o las rabietas infantiles. Sobre todo me gusta conectar con la gente, de las cosas que mejor me hacen sentir.

Me encanta la gente, casi tanto como el helado de chocolate. Disfruto intentando desencriptar o exprimir lo que escribís, lo consiga o no, eso no importa. Debatir suave, sin tensiones, ni estridencias. Me gusta aprender, descubrir. Intentar animar si alguien está espachurrado o dibujar una sonrisa si veo nubes oscuras, por pequeña que sea, otra cosa es que lo logre. Sentir la cercanía, el cariño sin rollos raros. La normalidad en el trato y la tranquilidad de suponer que quien me lee, sabe que siempre escribo desde la mejor intención, equivocada o no, siempre es así ¿lo recordaréis por favor?

Por dentro todos estamos hechos de lo mismo, sentimos de la misma forma, más intensamente, menos, diferente pero igual. A todos nos gusta el efecto, el calor, la complicidad.  Nunca comprenderé a quien reniegue de esto. Todos necesitamos que nos quieran, nos escuchen, nos respeten, nos mimen. Que intenten entendernos y nos perdonen  cuando nos equivocamos. Quizá, pido demasiado.

¡¡ Felices vacaciones para quienes las empiecen !!

A mi, aun me queda demasiado.

Si me dejáis, sigo un rato más... 

Jugando con vosotros;-)

Un beso