"Mientras llueve...Con las matemáticas, el arte y... Los sueños"

Fuera llovía, como casi siempre.

El cielo parecía resquebrajarse

en los últimos dos meses,

y la lluvia no cesaba...

Ella estaba allí, recostada sobre sus pensamientos.

Ensimismada en ellos y sin a penas darse cuenta...

Se le escaparon persiguiendo las gotas de lluvias,

que tras estrellarse, resbalaban enloquecidas,

sobre los cristales del ventanal.

Fuera, el ritmo cadencioso del agua,

parecía seguir la secuencia mágica...

Uno, uno, dos y luego tres...

Más tarde cinco y luego ocho...

Su oído se perdió tras el trece, cuando...

Sin sentirlo, en un instante transparente y blanco...

Fibonacci, cerró, suavemente sus párpados.

Deslizándose, tras las huellas invisibles del tiempo,

vio sonreír al hombre de Vitruvio y llorar a la Gioconda.

La enorme mano de David,

acariciaba con extrema dulzura,

el rostro de la Pietat, mientras Teresa,

despertaba de su éxtasis,

perdida en la sección aurea de Mondriani.

Voló a la velocidad del sonido de un grito.

Agarrada a las crines azules de tres caballos,

que galopaban sobre campos cuajados de iris y lirios...

Envuelta en su fragancia y rodeada de nenúfares,

navegó en un barco de papel, por mares en calma,

mientras “El valiente temerario”,

caminaba hacia el desguace,

de un mundo que se rompía en pedazos.

Perdiéndose sutilmente, en el infinito azul,

del mundo de los sueños de Chagall...

Trece, luego ocho, cinco...

Después, tres, dos, uno y finalmente uno, otra vez...

Ella, continuaba volando, con la magia de los sueños.

Mientras fuera, seguía lloviendo...

Nota aclaratoria:

Bueno, como esto os ha podido resultar un tanto extraño,

es que, quizá lo sea...

Os voy a intentar explicar un poquito,

de que va y cómo me surgió...

Siempre me ha fascinado la relación que existe entre las matemáticas, el arte y la naturaleza, lo cual no deja de ser curioso, porque soy una nulidad absoluta con las mates. Supongo que es, una incongruencia más de las mías.. .

Veréis, resulta que a noche, cuando llegué, estaba lloviendo, como casi siempre últimamente y de pronto, no sé por qué, escuchando la lluvia, recordé “la secuencia de Fibonacci”, que como sabéis, es una secuencia de números infinita, que resulta de sumar, al último el siguiente Así: 2=1+1, 3=2+1, 5=3+2, 13=8+5 , estaba yo con esta historia y recordé, que para cualquier valor mayor que 3 contenido en la secuencia, la proporción entre cualesquiera dos números consecutivos es 1,618, o sea, la “Sección Áurea”, que es una cifra considerada de contenido divino, por fijar, proporciones perfectas, y utilizada por muchísimos artistas a lo largo de la historia en sus obras.

Curiosamente esta secuencia se da en muchísimos ejemplos de la naturaleza, por ejemplo, en las espirales que forma la flor del girasol, que creo que tiene, veintiuna espirales que van en una dirección y treinta y cuatro que van en la otra, ambos números de la serie de Fibonacci. De aquí mi cabeza me llevó a “Los girasoles de Van Gogh”, pero como no me gustan demasiado, me fui a otro cuadro suyo que me encanta, que son “Los lirios” y de estos...Por llevar un orden, en lugar de empezar por ellos, comencé por Da Vinci, Miguel Ángel y Mondrian, que curiosamente coinciden todos, en utilizar la proporción aurea en sus obras...Después fui enlazando mentalmente obras que me gustan, por ejemplo, “El valiente temerario” un cuadro de Willian Turner, uno de los mejores paisajistas del mar, que sabéis también me encanta, y otros muchos, hasta terminar con Chagall, “el pintor de sueños”

...Que en realidad, es lo que estaba haciendo y hago, casi siempre que me descuido...En fin, elucubraciones de las mías, que seguro siguen sin tener demasiado sentido, pero que os he comentado, para daros pistas, de por donde van los tiros, de lo que escribí...Bueno, así, de aquella manera, ya sabéis...;-)

¡¡En fin, que paséis una feliz semana,

a ser posible sin dejar de soñar!!

Un beso