SINCERIDAD

¿Alguna vez has sentido la desilusión de descubrir la verdad?
¿La incomodidad que provoca los sentimientos defraudados?
¿La agonía que se siente, mientras el vidrio que ocultaba
la verdad, va cayendo, pedazo a pedazo…?

Ese momento en el que, quieres mirar…y ya no hay ojos,
solo agua…y un nudo enorme te retuerce el alma.
Primero odiamos, más que a nadie al mensajero…
Después a la verdad.

Que se nos llena la boca, al exigir:
- Sé, sincero.
Pero luego, somos incapaces de aceptar.
Todos queremos la verdad, pero…
¿qué verdad queremos?
La verdad que se acomode a nuestros deseos.

La otra verdad…, la verdad verdadera,
duele, duele tanto que quema.
Que mientras te desgarra, piensas …
¡quizá todo sea un sueño!
Y sueñas con volverte a acurrucar en la mentira,
ese momento anterior, en que todo parecía más ligero.
Cuando saboreabas la dulzura, de esa verdad,
que sólo existió en sueños…

Y despertar, es duro,
supone sumo esfuerzo.
Que aprietas los ojos intentando,
estirar un poco más el sueño y el sueño se te escurre…
Y la verdad crece y tú, haciéndote pequeño.

Y mientras la luz de la verdad lo inunda todo, piensas…
¿ Pero..., quién le habrá mandado ser sincero ?

Oscar Wide decía:
“Un poco de sinceridad es algo peligroso, demasiada absolutamente fatal.”

A noche, mientras alguien desde aquí, me daba un montón de consejos me decía: “ piano, piano…María.” Hoy, pensando en ello, he visto claramente que aquí tengo un problema. No se andar con careta. Soy como soy, y corro…igual aquí que afuera. Corazón de 1.000 caballos y chasis de enredadera. Sin nombre raros, sin pantallas, sin ayudas, sin muletas... Te preguntas... ¿Merecerá la pena?

¡! Sed buenos y...soñad con los sueños ¡!