Vivimos en la era del reduccionismo simplista, bajo la tupida cortina de la intoxicación y constante desinformación. Los discursos demagógicos campan a sus anchas. Esos que limitan todo al blanco/negro, fachas/rojos, conmigo o contra mi, pues no. No es cierto. Al emnos yo, no lo creo en absoluto. Por muy difícil que resulte discernir entre "el relato" de quienes pretenden enfrentarnos, ocultando, tergiversando o descafeinando lo sucedido, con lo que interesa que creamos sucede.
El campo ideológico es tan infinito, como las matizaciones e interpretaciones posibles a cualquier asunto. Hay mundo fuera de los extremos, de hecho todo lo que de verdad vale la pena está fuera de ahí. Sin embargo, cada vez nos alejamos más del centro, ese donde se supone está el equilibrio. A las fuerzas enfrentadas por el poder, no les interesa que veamos ese abanico inmenso de posibilidades, ni nada que tenga que ver con amonía, ni equilibrio..
No, Nos quieren en la crispación del extremismo constante, casi diría la fanatización, por eso atizan ese fuego que consumimos sin filtro, ávidos de escuchar lo que queremos nos digan, sea o no cierto. Este es el quid. Que nos de lo mismo. Que no queramos saber la verdad, que constantemente justifiquemos lo injustificable, es el primer síntoma de que nos tienen ya... medio abducidos y eso, me aterra.
Vivimos un escenario socioeconómico muy semejante al que en el pasado vivó el pueblo alemán, sucumbiendo a los discursos de Hitler, No aprendemos. No nos damos cuenta que cuando las emociones se imponen a la razón, somos pasto de la manipulación y la ceguera, precisamente lo que ellos buscan y se lo estamos poniendo en bandeja.
Lo peor, es que el fanatismo o fundamentalismo al que parace están empeñados en abocarnos a todos, los que aun no estamos ahí -cada vez menos- es como la locura, el último en enterarse y reconocerla, es el que la padece.
PERFILES IDEOLÓGICOS
Monárquico elitista
Liberal pragmático
Ultra de izquierdas