¡¡ QUÉ DIFÍCIL!! NOS RESIGNAMOS O ... ¡¡SOÑAMOS, QUE PODEMOS PELEAR !!

Últimamente más que nunca, tengo la sensación, que sí que es cierto que los cambios estacionales influyen en el ánimo de la gente ¡¡vaya que si influye!! Este septiembre que acaba de abandonarnos, nos ha dejado en medio de un otoño además de empapado, con demasiadas cuentas pendientes del verano, de muuuuchos veranos...

Montón de kilos, se han sumado, a los que durante los últimos años, acumulaban y arrastraban algunos. Demasiadas facturas por pagar de las últimas juergas que nos hemos corrido, sin pensar que el cobrador, tarde o temprano llamaría a nuestra puerta. Demasiado trabajo atrasado, se nos ha caído encima y para remate, sin haber hincado los codos ni un solo día, algunos han pretendido aprobar todas las que llevábamos pendientes ( más de dos cursos)...¡¡ así, por la cara !!

Y llegó el otoño y de pronto, en lugar de entrarnos la habitual depre, a todo el mundo le dio el ataque, le ha entrado la prisa y ¡¡hale, a solucionarlo todo de un plumazo!!

Unos se han puesto, mejor, nos han puesto, queramos o no, a régimen riguroso. Hemos pasado de comer paella, pescaditos fritos y cervecita helada a todas horas, a contentarnos con una hoja de lechuga y ...¡¡ a correr !! De dormir como lirones hasta las tantas, a levantarnos con el gallo, según nos grita el despertador. Durante meses y meses, hemos tenido la casa manga por hombro, todo patas arriba que da asco y en lugar de ponernos tranquilamente y con calma a ordenar, hemos llamado a la Sra de la limpieza y le hemos pegado cuatro gritos, suponiendo ingenuamente, que su boca se iba a convertir en una aspiradora, sus brazos girarían a velocidad de vértigo abrillantándolo todo y como el “Don limpio” del anuncio, nos iba a dejar la casa, como un jaspe y claro... ¡¡ vaya desilusión !! nos ha escuchado el rapapolvos estoicamente, se ha dejado caer en el sofá y se ha puesto a llorar a mares, mientras todo sigue... igual de mugriento.

Supongo que no es muy difícil pillar, que estoy hablando en realidad, de este país nuestro.

Veréis, a mi me encanta la política, una de las pocas cosas que veo en la TV, son los coloquios, debates y comentarios de todo tipo y color, que se hacen a cerca de ella. Me sorprendo escuchando a unos y a otros, dándole la vuelta a un mismo asunto, según su conveniencia o visión interesada y precisamente por esto, jamás me he decantado por ninguno. Me refiero, a ningún partido político, ni siquiera ideología. Sé que está mal, pero sinceramente, todos pecan de lo mismo. Se limitan a reprocharse constantemente lo que no hacen o hacen mal, a colgarse medallas que en realidad no merecen, a extender la mano y decir lo que queremos escuchar, a veces ni eso, con tal de que en ella les deposites el voto y después...¡¡ si te he visto no me acuerdo, la coyuntura manda !!

Me manifesté públicamente en contra de la última bronca que le hemos echado a la Sra de la limpieza ( huelga general ) y sentí, que algunos, ni habían escuchado, ni entendido mis razones. A ver, no fui a la huelga, no porque no viera que se lo merecieran, ni porque no me de pena lo mal que lo pasan algunos, ni porque no me diera asco lo cochambrosa que tenemos la casa, NO, en absoluto. No estoy ciega, tengo corazón y como a todos, me repatea lo mal que está todo y el camino que llevamos.

Pero, me he dado cuenta, de varias cosas. La primera, yo también ensucio y no limpio. No dejo de consumir cosas innecesarias, siempre olvido apagar la luz y ni si quiera reciclo :-) También me fastidiaba enormemente que los que más han ensuciado, sean los que hincharan pecho y se colgaran esa medalla, arrastrándonos a todos a pegar unas voces, que llegan muy tarde y salvo el derecho al pataleo, no sirven para nada. ¿Alguien de verdad supone que dar gritos, soluciona los problemas? yo desde luego, no. Será que odio los gritos.

Eso son mis motivos, ni soy esquirol, ni insolidaria. Ayudo siempre que puedo si llaman a mi puerta y está en mi mano, tampoco soy ninguna santa, entendámonos. Pero intento hacer lo correcto, ser crítica, conmigo la primera y sobre todo, práctica.

Ir para nada, pues como que no. Darles el gusto a los que hacen el paripé, como que tampoco y quedarme afónica, gritando a quienes no tiene oídos, menos.

¿Qué hacer entonces? nos preguntamos todos. No lo sé, si lo supiera me presentaría a las próximas elecciones, caso de estar loca perdida claro, que por ahí voy, pero a tanto, no llego:-) Sólo sé, que las cosas no se cambian de hoy para mañana. Y que queramos reconocerlo o no, las opciones son pocas.

Si queremos continuar jugando la partida en el tablero en el que estamos, economía de mercado y neoliberalismo ideológico, no nos queda otra, que apechugar con lo que nos mandan los gurús financieros, el FMI, G-8 y compañía. Estos, que encima tanto se han equivocado y nos han llevado a donde desgraciadamente estamos, con ayuda de los que todos sabemos y esa, mal que nos pese, es la triste realidad. Por el camino, lo sé, las desigualdades aumentarán, la sociedad del bienestar estará más incómoda que nunca, se perderán alguno de los derechos que tanto han costado conseguir y nos volveremos todos más insensibles al sufrimiento de los que cada día lo pasan peor, es cierto, pero insisto, por triste que sea, es lo que hay.

La otra opción, soñar...

Y si a alguien le encanta soñar, es a mi,

no os quepa duda ... ¡¡vale, vamos allá!!

Nos Liamos la manta a la cabeza e ingenuamente decidimos... ¡¡ dinamitar el sistema !! ( no sé cómo, pero bueno ) quizá podríamos dejar de pagar la enorme deuda externa que tenemos y levantarnos en pie de guerra frente al mundo. Podríamos cavar trincheras, trasegar sacos de arena para guarecernos tras ellos y hacer frente al enemigo. Pintarnos la cara con pinturas de camuflaje, danzar al rededor de la hoguera dando alaridos y listo.

Ya tenemos montada...¡¡¡ LA REVOLUCIÓN !!!

¡¡Ja!! ¿de verdad, hay alguien dispuesto a esto ? soñar es fácil pero... ¿de verdad estamos dispuestos a renunciar a nuestro cómodo sofá? nuestra confortable casa, nuestro trabajo, nuestra seguridad...Yo lo reconozco, siento enormemente lo que ocurre, me gustaría de verdad ayudar, pero soy una cobardica... ¿algún valiente en la sala?

Si sabe como hacerlo y no morir en el intento,

yo, le sigo...¡¡palabra!!

A pesar de todo, sigo soñando...

un día llegará la primavera, lo sé.

Un beso