No existe un paisaje más impresionante, que el que se despliega cuando levantamos la mirada hacia el cielo. Sobre todo, en esas noches inmensamente estrelladas de verano. A noche, el cielo no tenía ese azul índigo profundo, ni se apreciaban constelaciones brillantes, pero entre los rotos que dejaba el empedrado de las nubes se asomaban las estrellas y a ratos, difuminándose como una acuarela, se mezclaban con el resplandor de la luna. Hacía tantísimo frío que en pocos segundos se me congeló la punta de la nariz y a penas sentía la cara. Meeeencanta sentir el frío en esta época del año, significa que la lluvia está lejos. Serían las once de la noche cuando salí a pasear -es uno de los lujos de vivir en un lugar pequeño, no hay peligro-. Mientras caminaba por el parque, completamente desierto, bajo las fantasmagóricas acacias que disparaban sus desnudos y terroríficos dedos hacia el cielo, entre arbolitos escuálidos que miraban suplicantes a una poderosa luna difuminada por las nubes, se me ocurrió sacar el móvil e intentar fotografiar lo que veía.Las imágenes de esta entrada hoy, son el resultado de ese intento. Me hubiera gustado haber sido capaz de reflejar la maravilla que vi -como haríais sin ninguna duda, algunos de los estupendos fotógrafos que vistáis esta casa-, pero ni tengo la técnica, ni el instrumental. Hago fotos como operaban antiguamente, con suma ignorancia, por pura intuición y sin medios. Caliento el cuchillo al rojo vivo para cauterizar, mientras muerdo un palo para no sentir dolor. La luna se que me perdona, espero que también vosotros. Lo cierto es que, a pesar de la frustración de comprobar que los instantes que guardaba mi móvil, nada tenían que ver con lo que se desplegaba ante mis ojos, disfruté muchísimo. Si no fuera porque tengo que madrugar, saldría todas las noches en las que como la de ayer, se respira pura magia bajo este cielo maravilloso que siempre está ahí, a pesar de todos los pesares...
16 enero 2025
TANKA-PASEO - dibugráfico : )
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Con la cosa de la contaminación lumínica, pocas estrellas se ven por aquí actualmente. De pequeño si recuerdo en Santa María de l'Estany, tumbarme junto con María y Fransiscu en la era de mi tío, y ver miles de estrellas en un cielo abarrotado, y ver las perseidas cuando aún no sabíamos ni que eran. Aunque parezca una incongruencia, las imágenes en tu retina de estas estrellas perduraran más que las fotos del móvil.
ResponderEliminar¡Un abrazo!